Cuando invierto un euro, lo mínimo que espero es recuperarlo. Nadie emprende para perder dinero.
Pero seamos sinceros: ningún emprendedor, ningún directivo, ningún inversionista inicia un proyecto esperando simplemente “quedar tablas”. Eso sería conformarse con sobrevivir. Y nadie sueña con sobrevivir; todos soñamos con ganar.
Porque todo lo que llega por encima de lo invertido, aunque sea un poco, ya es ganancia. Y ese simple pensamiento —aparentemente lógico— abre la puerta a una pregunta inevitable:
¿Cuál debería ser la ganancia adecuada?
Ahí es donde muchos se pierden, porque en cuanto empezamos a definir cuánto “deberíamos” ganar, entramos en un terreno delicado: un espacio donde la emoción, el deseo y los números empiezan a mezclarse hasta volverse especulativos, subjetivos… incluso engañosos.
· Todos queremos ganancias amplias, abundantes, crecientes.
· Todos queremos ver nuestros proyectos despegar.
· Todos queremos que nuestro esfuerzo valga la pena.
Y entonces llega la gran pregunta — la misma que todo líder, emprendedor y accionista se hace tarde o temprano—:
¿Cómo puedo lograrlo?

Para entender realmente cuánto deberíamos ganar, necesitamos poner orden en la conversación interna. Pensemos en algo básico: toda área de la empresa debe generar un beneficio directo o indirecto cuando hacemos una inversión, sin importar si esa inversión se destina a tecnología, sistemas de información, marketing o procesos internos.
Porque una campaña que trae más clientes es tan valiosa como un sistema que comparte información de forma precisa y evita errores costosos. Una te hace ganar más; la otra evita que gastes de más. Ambas suman al mismo objetivo: hacer que el negocio crezca.
Y aquí es donde aparece una herramienta que nos ayuda a quitarle misterio al rendimiento de cualquier inversión. Se llama ROI.
El ROI es, en términos simples, la medida que te dice cuánto ganas por cada euro que decides poner en un proyecto o en tu empresa. Sus siglas vienen de Return on Investment, o Retorno de Inversión, y es la manera más clara y directa de saber si estás avanzando… o solo moviéndote.

Es la forma más directa de saber si una inversión fue buena.
- Si el ROI es positivo, ganaste más de lo que invertiste.
- Si es negativo, perdiste dinero.
- Si el ROI es 0%, recuperaste exactamente lo que invertiste (ni ganancia ni pérdida).
Fórmula simple:
ROI (%) = (Ganancia neta / Inversión inicial) × 100
Donde:
- Ganancia neta = Ingresos totales que generó la inversión menos todos los costos relacionados.
- Inversión inicial = El dinero que pusiste al principio (compra, montaje, marketing, etc.).
Hasta ahora tenemos una buena idea de como medir una inversión, pero revisemos un ejemplo para tener mayor claridad sobre el tema:
Imagina que quieres montar una pequeña productora audiovisual o una empresa de eventos. Hacemos el ejemplo con números redondos para que se entienda mejor.
Escenario A — Productora / evento puntual
- Inversión inicial (montaje, equipo, permisos, promoción): 30.000 €
- Ingresos generados por el proyecto/evento (venta de entradas, patrocinadores, servicios): 50.000 €
- Costos operativos asociados (personal, alquiler de espacio, transporte, materiales): 12.000 €
- Ganancia neta = Ingresos − Costos operativos = 50.000 − 12.000 = 38.000 €
Ahora aplicamos la fórmula:
- ROI = (38.000 / 30.000) × 100 = 126.7%
Interpretación: Por cada euro invertido obtuviste 1,267 € de ganancia neta adicional — o dicho distinto: recuperaste tu inversión y ganaste 126.7% sobre ella. Eso es una muy buena rentabilidad.
Escenario B — Empresa de eventos (pequeña agencia) en un año
Supongamos cifras anuales:
- Inversión inicial (infraestructura y marketing): 60.000 €
- Ingresos anuales: 250.000 €
- Costos anuales (personal, logística, proveedores, locales): 200.000 €
- Ganancia neta anual = 250.000 − 200.000 = 50.000 €
- ROI anual = (50.000 / 60.000) × 100 = 83.3%
Interpretación: En un año se recuperó buena parte de la inversión, se obtuvo un 83% adicional — sólido para un negocio de servicios si los números se mantienen o escalan.
Estudios y artículos de planificación de negocio indican que las agencias y empresas de eventos suelen presentar márgenes netos saludables en torno al 10%-20% en empresas bien gestionadas; sus márgenes brutos pueden ser mayores (25%-45%).
Recursos de negocio y guías del sector muestran márgenes brutos para productoras audiovisuales en rangos amplios (aprox. 45%-62%), con rentabilidades netas alrededor del 10%-20% para productoras eficientes; la industria audiovisual en España además se beneficia de incentivos fiscales (deducciones) que mejoran el flujo de efectivo.

¿Qué significa esto para tu cálculo de ROI personal?
- Si tu negocio de eventos tiene un margen neto realista entre 10% y 20%, y proyectas ventas de, por ejemplo, 100.000 €, tu ganancia neta sería entre 10.000 € y 20.000 €.
- Si la inversión inicial fue de 30.000 €, entonces ROI = (10.000 / 30.000) × 100 = 33% (zona baja) o ROI = (20.000 / 30.000) × 100 = 66% (zona alta).
- Para una productora, si los márgenes brutos son altos pero los costos fijos elevan el neto a 10%-20%, aplica la misma lógica: define ingresos, deduce costos, calcula ganancia neta y divide por inversión inicial.

Recomendaciones prácticas
- Calcula todo por escrito: ingresos esperados, costos directos (proyectos), y costos fijos (alquiler, sueldos).
- Usa márgenes del sector como referencia: si tu estudio de mercado sugiere 10–20% neto, sé conservador y proyecta con el 10% al inicio.
- Haz una prueba piloto: monta un proyecto pequeño y calcula ROI real. Los números reales valen más que las proyecciones bonitas.
- Revisa incentivos fiscales: en España las productoras audiovisuales obtienen deducciones que pueden mejorar la rentabilidad y el flujo de caja. Infórmate en la Spain Film Commission. Spain Film Commission
- Mide y repite: calcula ROI regularmente (por proyecto y anual). Si el ROI cae, revisa costos y precios.
- Ten en cuenta el tiempo: un ROI alto en un proyecto puntual puede no reflejar la salud anual; mira ROI por proyecto y ROI anual acumulado.
El ROI no es magia: es decisión informada. Con números claros, referencias del sector y disciplina en el control de costos, puedes transformar una idea en una inversión rentable.
Empieza con datos reales, sé conservador en tus supuestos, prueba en pequeño, aprende rápido y escala con confianza. El conocimiento financiero te da poder —y seguridad— para crecer con ambición y sin sobresaltos.

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